Esta semana hemos podido ver de nuevo un magnífico trabajo de investigación y denuncia del gran equipo de "Diario de..." que capitanea Mercedes Milá. El objetivo de este programa ha sido el "supermercado de la estética", todas aquellas personas que sin el menor escrúpulo hacen de la práctica de la cirugía estética un repugnante negocio.
Una vez más hemos visto como una individua sin titulación alguna "infiltraba" sustancias prohíbidas en el rostro de una mujer produciéndola graves trastornos físicos que llegaron a deformar su cara; y ello a una mujer que solamente buscaba mejorar su rostro aquejado de una levísima parálisis lateral. Hemos visto como un médico sin el más mínimo reparo le recomendaba a una delgadísima joven una intervención de liposucción, y eso sí todo a precios "subvencionados"; vimos alucinados "ofertones", intervenciones innecesarias, titulaciones falsas, sustancias prohíbidas....y todo eso ¿por qué?, por lo de siempre: por la PASTA!!!
Pero nosotros desgraciadamente también sabemos algo de esto, al fin y al cabo ¿cómo se llamaba la famosa Clínica de Vinaróz que regentaban el dúo Gisbert-Coté?, pues Esthetical Medical Center; y es que el centro de la actividad de esta suciedad, perdón quise decir sociedad (el subsconsciente que la traiciona a una) eran los arreglos y tratamientos estéticos. Porque nuestro muchacho, como no podía ser menos, también entendía de esta "especialidad" y tampoco tenía miramiento alguno, en "convencer" a los pacientes para que pusieran "remedio" a la necesidad de mejorar su apariencia. Pacientes para los que contar con una buena presencia no es un asunto menor ni banal, pues el sentirse bien consigo mismo/a pasa por tener un buen aspecto físico, incluso en muchas ocasiones es una cuestión de auténtica necesidad física o psicológica, y ahí es donde aparecen estos "embaucadores".
"Diario de..." ha hecho otra inapreciable contribución a la sociedad al advertirla de que en nuestras calles, en nuestros pueblos y ciudades siguen existiendo desaprensivos dispuestos a ganar unos euros a costa de la salud de las personas. Lo lamentable de todo esto es que tengan que ser periodistas y particulares los que con su trabajo y sus denuncias pongan en evidencia esta terrible realidad,.... ¿dónde está la administración sanitaria?; a nuestro entender hay poca inspección sanitaria y demasiados vacios legales que son el caldo de cultivo de estos piratas de la salud. Por eso nos preguntamos ¿cuántas personas más tienen que sufrir en sus carnes de manera terrible, y a veces irreparable, las andanzas de estos elementos para que las autoridades sanitarias de este país reaccionen contundente y definitivamente contra esto?