Hablaba el otro día de lo que esperamos de la Justicia como víctimas de "presuntos" delitos, y decía que cuando recaiga condena definitiva sobre nuestro imputado (y ya no sería la primera para Coté, ya hubo algunas anteriores y además por intrusismo), impongan los años de cárcel que le impongan, al final no nos parecerá suficiente.
De todos modos no quiero ser hipócrita, pues no es lo mismo que le impongan cinco años que le impongan once, claro que no, ¡cuántos más mejor!....pero al final los años de sufrimiento, de penalidades, de intranquilidad, de tantas cosas terribles que vivimos y seguimos viviendo no se compensan con nada, porque ya no vuelven; es como si lees un libro, al pasar página no puedes olvidar todo lo que has leído antes.
Está claro entonces que la reparación de las heridas no es posible, pero sí la atenuación del dolor que producen; aquí cabe a través de una sentencia ejemplar, acorde a los delitos pero sobre todo al sufrimiento de las víctimas, el disminuir, aliviar el dolor y la rabia que ya nos acompañarán de por vida. Para que todos y cada uno de nosotros podamos con esto el resto de nuestras vidas, necesitamos que la Justicia nos dé tranquilidad, seguridad y confianza, pilares fundamentales para recuperar nuestra dignidad como personas y dejar atrás para siempre a las víctimas, sólo así la Justicia será justa.
Pero esta situación no es aplicable sólo a nuestro colectivo sino a todas las víctimas de delitos, todos estamos en las mismas condiciones, ¿por qué?, pues porque nuestro Sistema Judicial parece creado para los delincuentes y no para las víctimas. Actualmente se habla mucho de que el nuestro es un Sistema garantista; sí, sin duda, pero garantías y derechos para los delincuentes, pero ¿y para las víctimas?.....en nosotros nadie piensa, nadie se ocupa, denunciamos el delito y punto, ¿PUNTOOOOO?. Sólo el que está metido en este mundo sabe lo duro que es el camino: miedo, desconfianza, soledad, impotencia, decepción...(y en mi caso además persecución).
Todos podemos pensar en los casos de Marta del Castillo, Mª Luz, Sandra Palo, Esther Jiménez, las niñas de Alcaser, en las chicas de Sevilla atropelladas por un vehículo que se dió a la fuga, en el chico que murió a las puertas de una discoteca, en las víctimas de atracos, de violaciones, de agresiones...... todos los que han sufrido en sus carnes la comisión de un delito!! . La sociedad les comprende, les apoya, les anima, ¿y la Justicia, qué hace la Justicia por ellos?, ponerte a la espera de interminables procedimientos que no hacen otra cosa que incrementar tu dolor, ¿y las diferentes Administraciones que podrían "mover pieza" (Sanidad, Servicios Sociales, etc.)?....pues eso, NADA.
Pero hablemos de nosotros, ¿es justo, es humanamente tolerable la situación que estamos viviendo?:
- Nuestro "presunto" agresor paseándose libre por las calles, gastando 3.000 €, del patrimonio que engordó a base de "curarnos".
- Entorpeciendo el trabajo de la Justicia con recursos, apelaciones y cuanto mecanismo judicial está a su alcance (¿con qué dinero se costea todo esto que es carísimo?...eso parece que da igual!!)
- Ensañándose con sus víctimas, a través de denuncias contra mi persona como representante de la Asociación.
- Soportar que tras hacer lo que ha hecho (incluyendo lo de la REINCIDENCIA), haya estado en la cárcel dos veces, y dos veces lo "sacaron" por cuatro perras..... y por encima SE LAS DEVUELVEN!!!
- Que muchos de nosotros tengamos terribles secuelas fisicas para las que la medicina oficial no tiene respuestas.
- Que estemos pasando auténticas penurias económicas a consecuencia de los desmesurados honorarios que tuvimos que abonarle al "súper-especialista".
- Y por encima los que ya no están.....
Que alguien me explique en qué parte de todo esto están nuestros/mis garantías, nuestros/mis derechos; tal vez ya esté ciega como la Justicia.