lunes, 21 de mayo de 2018

Lógicamente recurrimos

Hoy se ha tramitado el preceptivo aviso de presentación de recurso, recurso que haremos efectivo en el plazo previsto para ello en la LEC.
Comienzan a partir de hoy mismo unos días muy intensos de trabajo para motivar debidamente todo aquello que consideramos debe ser objeto de recurso ante el Tribunal Supremo como por ejemplo esas dilaciones indebidas, pero como es lógico, y a la vista del contenido de la propia sentencia, no será lo único que motive nuestro recurso.
Mientras tanto seguiremos adelante con nuestra historia, con nuestras vidas, a la espera del señalamiento de nuestro ansiado juicio en la Audiencia Provincial de A Coruña.

jueves, 17 de mayo de 2018

La atenuante de dilaciones indebidas

Si algo me ha causado una enorme sorpresa es la apreciación por parte de la Audiencia Provincial de Castellón de la atenuante de dilaciones indebidas que ha conllevado una sustancial "rebaja" en las penas impuestas al dúo Coté & Gisbert.
Dilación indebida, así dicho de una manera totalmente burda, es que en estos nueve años se ha perdido mucho tiempo hasta llegar al juicio y que eso ha perjudicado seriamente a Coté y a Gisbert, puesto que los "pobrecitos" se han visto sujetos a tensiones anímicas, seguimiento mediático, imposibilidad de rehacer sus vidas con normalidad, etc., etc., etc. 
Aldo Moro que, además de político, fue un magnífico profesor de Derecho Penal sostenía que "la Justicia no tiene que tener nunca prisa, pues el equívoco enredo del ilícito perdura y debe perdurar hasta cuando sin ninguna prisa y absoluta garantía de certeza, la situación no termine por aclararse ... Esto no es una necesidad impuesta, sino que se corresponde con las exigencias elementales de la Justicia, la cual, por lo que pierde de inmediatez lo gana en objetividad y sustancial eficacia".
En pocas palabras: las prisas no son buenas cuando se quiere hacer algo bien ... y ya no digamos cuando ese "algo" es impartir Justicia. Y esto lo dice alguien que lleva "implorando" años y años por un juicio, tanto en Castellón (ya ha tenido lugar) como en Coruña (no tenemos todavía fecha), pero que conforme se iba desarrollando la investigación y la práctica de las pruebas fui tomando conciencia de que lo que teníamos delante era, como se dice vulgarmente, muy "gordo" y que no se iba a resolver de hoy para mañana. Aunque no es menos cierto que tampoco esperaba yo convertirnos en un nuevo proceso "Préstige", pero bueno la estrategia dilatoria de presentación de recursos no fue precisamente la de la representación legal de las víctimas, sino la de los diferentes letrados de los hoy condenados.
De todas formas en todo proceso penal, si realmente éste quiere ser justo, ambas partes deberíamos estar en el mismo plano de igualdad en cuanto a derechos, así si para el acusado las supuestas dilaciones han conllevado un sufrimiento innecesario, qué creen que han supuesto para la víctima, y más en un caso como en el que nos ocupa en el que existe un daño físico y emocional evidentes, pues un auténtico calvario: incertidumbre sobre la repercusión en nuestra salud de los desconocidos tratamientos, periplo por consultas médicas, ansiedad y depresión, preguntas sin respuesta, innumerables gastos ... y el tener que soportar cruzarte por la calle con los protagonistas de tanto sufrimiento.
Creo que no me equivoco al asegurar que en estos nueve años (diez en el caso de Ferrol-Coruña) el sufrimiento de la parte demandante y la parte demandada no ha sido ni remotamente equiparable, sencillamente porque nosotros somos algo más que una parte demandante, que una acusación particular, somos eso que tan fácilmente se califica como víctima pero que tan difícil es de convivir con ello cada día ...¡¡ para cuanto más durante años y años!!


martes, 15 de mayo de 2018

Y el Tribunal dictó sentencia

Decepcionante. Creo que es la palabra que más he utilizado estos días al definir la sentencia emitida por el Tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón contra Coté, su colega Gisbert y la mujer de éste.
Sí, DECEPCIONANTE, porque la capacidad de indignarnos ya casi la tenemos adormecida después de tantos reveses desde aquel primero, a principios de agosto de 2008, cuando por una mísera cantidad de dinero (nada qué ver con el daño causado), se le dejó en libertad a espera de juicio, hasta llegar al día de hoy, habiendo transcurrido diez largos años llenos de asombrosas resoluciones y no menos asombrosas actuaciones por parte del interfecto.
Y es que la capacidad de decepción la tenemos intacta, puesto que con tantas pruebas en los Juzgados, tanta investigación, tanta víctima, tantos testigos ... resulta decepcionante que un Tribunal finalmente se saque, cual mago de una chistera, unas dilaciones indebidas que dan al traste con una más que merecida condena.
Yo, que estuve presente en buena parte del juicio, que he seguido esta causa desde antes de que se interpusiese la primera denuncia contra ellos, que he estado a pie de obra estos nueve años que ha durado la causa de Castellón, lo primero que sentí fue decepción ... ni rabia, ni dolor, ni indignación, sólo decepción, y es una sensación de la que no logro desprenderme ... ¿Quizás habíamos puesto excesivas esperanzas en ese "acto" de impartir Justicia? ¿quizás sea cierto aquello que había dicho cierto Juez de que en España no se hace Justicia sólo se aplican las leyes?
Tres años para Gisbert, dos años y nueve meses para Coté y año y medio para la mujer de Gisbert: un "regalo" para quienes, con tanto descaro, avaricia y crueldad, sembraron dolor e intranquilidad en tantas familias.
Pero de esta sentencia hay mucho más que decir ...

miércoles, 9 de mayo de 2018

Quién es quién

Sin duda alguna el punto "heavy" (que dirían los más modernos) lo pusieron la enjuiciada mujer de Gisbert y la estheticiénnè, la primera por su absoluto descaro, rayano en la falta de educación, y la segunda por intentar ayudar tanto a sus "antiguos jefes" que incurrió en unas contradicciones casi infantiles (por no llamarlas mentiras que queda feo).
La señora de Gisbert debió entender su presencia allí cual primera actriz en noche de estreno teatral: se mostraba inquieta, altiva (casi desafiante), locuaz y hasta diría que extrañamente "festiva" ... la protagonista absoluta del banquillo. Su declaración también dejó bastantes perlas y no pocas contradicciones: ahora conozco a Coté muy poco, ahora tenemos una estupenda relación; ahora apenas venía por la Clínica, ahora asesoraba a Fréderic en muchos casos (¿muchooooos? ... entonces no iba tan poco ¿no?); ahora mi trabajo SÓLO era estar en la recepción, ahora echaba una "manita" a los doctores con el material y demás (¡¡¡!!!); ahora de bata blanca sólo iba la Dra. Espintfaseva, ahora todo dios tenía bata blanca ... En fin, que para ser la primera actriz no llevaba el papel tan estudiado, y ello a pesar de haber tenido nueve años para prepararlo.
Lo más chusco es que la mujer hasta saludaba con la mano, cual reina en desfile, y se incorporaba un poco de la silla para que se la viese bien, cuando se le pedía a algún testigo que la reconociera ... ¡para remorirse de risa!
Pero si ella ya nos proporcionó bastantes momentos de estupefacción, la testigo "estheticiénè" bordó su papel de secundaria a sueldo de los actores principales. Desde llamarle "Fede" a Gisbert, sostener inicialmente que a Coté no lo había visto por la Clínica para luego afirmar que sí recordaba haberle visto alguna vez que otra, poner y sacar batas  médicas al personal de la Clínica, sostener que ella sólo se dedicaba a su trabajo de esteticista pero luego resultó ser que hizo las veces de "enfermera" para los doctores, incluso liarse sobre los términos en que su jefa se dirigía a Gisbert (doctor o Fréderic), o dejar en evidencia a esa misma jefa reconociendo que sus labores iban más allá de la recepción ... por no olvidar el sublime momento de levantarse haciendo ademán de apartarse la ropa para enseñarles a los presentes su cadera libre de cicatrices ... ¡¡antológico!!
En fin que, si el trasfondo de todo esto no fuese tan sórdido, doloroso y delictivo, sería el perfecto guión de una comedia propia de los años 60 con título de juego infantil: "Quién es quién en la Clínica de los errores".

lunes, 7 de mayo de 2018

El castillo se desmorona: un convenio inexistente.

En la segunda jornada del juicio pudimos comprobar, una vez más, que eso de los rimbombantes contactos de la eminencia médica con clínicas especializadas a donde llevar pacientes para ser tratados con células madre era, como sus títulos, un cuento chino.
Por videoconferencia los responsables de la empresa dejaron claros los siguientes extremos:

  • Su empresa colabora con el Servicio Andaluz de Salud (SAS) en materia de investigación y tratamiento con células madre, no realizando ningún tipo de colaboración privada.
  • El programa que ellos desarrollan es gratuito y concreto para un solo tipo de dolencia relacionada con la diabetes, nada de cáncer o enfermedades raras.
  • Los enfermos receptores del tratamiento se seleccionan a través del SAS, no a través de ninguna Clínica o profesional privados.
  • Aseguraron no conocer al preclaro científico ferrolano absolutamente de nada.
En fin, que de tratar a los pacientes del doctor dinero con células madre "ná de ná" ... Nada nuevo ¿verdad?
Así pues si el doctorado por la Universidad de Sevilla resultó ser un pluff y el convenio con esta empresa más de lo mismo, sólo cabe concluir que el castillo de naipes al doctor Coté se le iba cayendo declaración a declaración. Pero aún quedaban algunas cartas por caer ...