martes, 23 de diciembre de 2014

¡Felices Fiestas!

Aunque en la última entrada anuncié que hablaría aquí del otro frente que se nos ha abierto, por cortesía de nuestro anterior Bufete, lo cierto es que como la situación generada por ellos así como la que a ellos mismos les ha tocado vivir (por no decir sufrir) no creo que vaya a variar lo más mínimo por un par de días, me parece mucho más importante transmitiros el mensaje que, aunque tradicional, no por eso es menos cierto ni menos necesario.
Todo lo contrario, creo que en los malos momentos, cuando el espíritu  navideño nos abandona, cuando lo que realmente nos gustaría es que ya hubiesen pasado estas fiestas, cuando no estamos para fiestas, es cuando cobra mayor importancia el trasladarle a las personas que aprecias tus buenos deseos y tu afecto; y en ese momento es muy probable que recuperes algo de ese espíritu navideño, porque en el fondo te das cuenta de que no está perdido, sólo "arrinconado".
Sabéis que, a excepción de dos o tres, a todos los que leéis este blog (compañeros, familiares y amigos) quiero desearos unas tranquilas y agradables fiestas navideñas. No estaréis sentados fisícamente a mi mesa en Nochebuena y Navidad, pero como la gran familia que ya somos, estaréis en un lugar mucho más importante: en mi cabeza y sobre todo en mi corazón.
¡Disfrutad de todo lo bueno que todavía nos da la vida!

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