Como ya conté en otros artículos la gran mayoría de nosotros llegábamos a la consulta de Coté con un diagnóstico previo, a veces íbamos remitidos por otros facultativos, a veces por la fama que le precedía.
¿Cómo reaccionaba el "doctor" ante esos diagnósticos?
- Si el diagnóstico previo era de una enfermedad crónica, de esas para las que la medicina oficial no tiene curación (fibromialgia, esclerosis, reúma, parkinson....) lo confirmaba, eso sí previa "puesta al día" de más pruebas que pagabas religiosamente a precios "populares"; solía ponerle su "toque" personal, siempre dibujando nubarrones en su futuro desarrollo que sólo despejarían si te ponías en sus expertas manos.....pero entonces sacaba su varita mágica de los supertratamientos de ultimísima generación llegados de Alemania y EE.UU, y ya estabas atrapado en la telaraña.
- Si el diagnóstico previo era de alguna patología molesta, susceptible de una intervención quirúrgica dentro de un tiempo, y por lo tanto "curable", tipo hernias lumbares o cervicales, úlcera intestinal....lógicamente había que realizar las pertinentes pruebas y...¡bingo! él te lo arreglaba con tratamiento osteopático (manipulaciones) e inyecciones de la misma procedencia que las anteriores. Más tarde pasaría a "intervenir con microcirugía"...¡así nos fue!
- Si el diagnóstico no era lo suficientemente grave, no había problema: pruebas y ¡dale gracias a Dios por que te había cogido a tiempo! porque los índicadores tumorales marcaban altos, es decir estabas a las puertas de desarrollar un cáncer, si es que ya no lo tenías encima.
El caso era tenerte "enganchado", ¿y de dónde sacaba Coté tanto conocimiento médico? Ahora que repasamos nuestros informes médicos caemos en la cuenta de que las patologías de las que nos trataba eran unas doce o quince, con su pequeño toque diferenciador, que era tan insignificante que le llevaba muchas veces a contradecirse con respecto a lo que te había dicho a lo mejor unos meses antes, pero eso sí la equivocada eras tú...¡faltaría más! A tal extremo llegó de aplicarnos la misma patología a unos y otros que existen informes copiados miméticamente, en el que sólo cambia el nombre como el de Abel y el mío, ambos con una mielitis transversa que por supuesto JAMÁS tuvimos. Además mientras te hacías las pruebas que él te solicitaba le daba tiempo al chico de "aprenderse" todo aquello que necesitaba saber sobre tu auténtico caso para darle después su dramático giro que te convertiría para siempre en "cotédependiente".
Es decir él se "empapaba", vía libros, vía internet, de todo lo existente entorno a esa raras enfermedades y luego nos soltaba el rollo y nosotros soltábamos la pasta y la salud. Es que no hay que olvidarse de que inteligente no, pero listo ha sido y es un rato largo.
Entonces ¿diagnosticaba Coté?, pues claro que sí, siempre buscando lo peor de lo peor: enfermedades raras, parásitos innombrables pero peligrosísimos, patologías previas complicadas con otras nuevas,....pero siempre, siempre al límite, era el reino del miedo insuperable, ahí estaba el quid de la cuestión.
De todos modos lo extraño en todo esto es que nunca un médico de los de verdad (y mira que sus pacientes hemos visitado unos cuantos) nos hubiese dicho que eso sonaba a "chino" (nunca mejor dicho) y nos hubiese alertado, o incluso mejor le hubiese denunciado....jamás entenderé cómo tuvo tanto tiempo la consulta abierta cuando el Colegio Médico que en su momento le denunció sabía que era un (presunto) impostor y cómo la Justicia y la Autoridades no procedieron a clausurar su Clínica.....los hay con suerte, ¡pero hasta la suerte tiene fecha de caducidad!