Mis compañeros

No sé cuántas vueltas le dí a esto antes de escribirlo, pero es que se hace difícil hablar de sentimientos, de sensaciones, aunque en el fondo ¿qué es este blog sino una recopilación de sentimientos?.

Fueron unos momentos intensos los de la mañana del viernes en los Juzgados de La Coruña, casi tan intensos como los de aquel 13 de julio del pasado año cuando fuímos testigos de cómo enviaban de nuevo a la cárcel al presunto, y seguramente preludio de muchos otros momentos de igual intensidad que nos esperan en este ya larguísimo proceso.

No sabía ni quiénes ni cuántos compañeros se iban a acercar para arroparme; pero allí estaban, haciendo mil filigranas en sus compromisos laborales, algunos con gran esfuerzo físico como nuestra Mónica que quiso venir en su silla de ruedas y eso que ya dentro del coche me confesaba que iba con dolor, y le recriminé el que no se quedará en casa descansando, "yo no te dejo sola, faltaría más, mientras aguante estaré a tu lado", o Ángeles que apenas si podía hablar por esa infección recurrente que atacaba de nuevo su garganta. De Ferrol, de Viveiro, de Muxía, de Orense, .....pero allí estaban; uno a uno les saludé sin tiempo a decirles lo que significaba su presencia para mí.

Mientras encaminaba mis pasos hacia la planta segunda a recoger la documentación, los fotográfos hablaban, la gente nos miraba y yo eché en falta a Eva, reconozco que su sonrisa y su voz me dan fuerza y tranquilidad; y es que Eva es algo más que nuestra abogada, es una persona muy especial, un ser humano increíble, creo que conmigo es la persona que más sabe de nosotros, y eso no es fácil de sobrellevar, te va curtiendo, no te deja indiferente, ¿a quién deja indiferente el dolor humano? sólo a los monstruos supongo.

A la puerta, esparadrapo en la boca y con la pancarta desplegada, aplausos y flores. Un esparadrapo que el presunto nos quiere imponer para que no contemos NUESTRA historia (la NUESTRA, no la suya, hasta en esto sobresale su ego), un esparadrapo que nos arrancaremos aunque se nos lleve la piel para gritar al mundo NUESTRA verdad. Una pancarta que reclama justicia y libertad.

Y los aplausos y las flores no sólo son el símbolo del afecto y del apoyo de unos compañeros a ésta que escribe, sino la demostración palpable de algo mucho más importante: nuestra UNIÓN; para nosotros quedan los momentos posteriores en que nos reunimos como una familia para hablar de nuestros problemas y de nuestras esperanzas, para los momentos en que un fuerte abrazo, una rosa o un gesto te demuestra que JAMÁS ninguno de nosotros estará solo.

Y como este es un artículo dedicado a mis compañeros no lo voy a empañar con mi impresión sobre las "diligencias", eso será lo siguiente.

Antes de terminar, un aparte para decirle a mis "mosqueteras" Preciosa, Ángeles, Mónica y Sonia Peloche que en esto yo ya no sería yo sin ellas; a todos los que estuvistéis el viernes en el Juzgado gracias por demostrar que PODEMOS y a los que me enviásteis correos o llamásteis no dejéis de hacerlo es importante para todos. Sois todos grandes personas y magníficos compañeros.

Por nosotros, por nuestras familias, por nuestros amigos, por la verdad: Podemos!!