Este pasado martes acompañé a cuatro miembros de la Asociación a declarar al Juzgado (¡¡a estas alturas!!), y lo hice no sólo porque fueran compañeros sino también porque dos de ellos eran mis hijos, pero sobre estas declaraciones volveré más adelante.
Al margen de lo que me comentaron tres de los compañeros, tuve la oportunidad de estar en la Sala en una de las declaraciones al ser la declarante hija mía y menor de edad, y no puedo menos que reconocer que de las "incisivas" preguntas del letrado de Coté surgieron perlas dignas de análisis, por cierto alguna muy de agradecer a los intereses de nuestros asociados; pero de entre todas hoy me gustaría destacar la de que en ningún momento se refirió a nuestro "imputado/investigado" como el doctor López Pérez sino como el osteópata....¡¡toma castaña, el osteópata!!
He de reconocer que en ese momento tuve que hacer serios esfuerzos por no soltar la carcajada porque lo primero que pensé fue ¡¡uuuyyyy que le han visto las orejas al lobo y se creen que con esto de la osteopatía cuela mejor el asunto que con los tropecientos "doctorados" del insigne profesional!!
Ahora seguramente nos dirán que el mogollón y medio de títulos que colgaban de las paredes de sus Clínicas no eran más que elementos decorativos para hacer más cálidas las estancias....
Sigamos aceptando "osteópata" como título a defender; ¡cachis...!pero los osteópatas no operan, no cortan, no suturan, no extraen sangre, ni siquiera inyectan.
Y lo más importante, para ser osteópata en este país, sí en éste, en éste en el que "ejerció" durante más de quince años al parecer AHORA sólo como osteópata, se requiere ser antes fisioterapeuta, una carrera para la que se exige un bachillerato de ciencias, superar la selectividad con una nota muy alta, estudiar muy duro durante cuatro años y por supuesto aprobar....y creo que lo último que debió aprobar en su vida Coté fue el carnet de conducir.
También pudiera ocurrir que lo de la "osteopatía" lo hiciera por correspondencia (jajaja), o en una de esas Academias, contra las que por cierto tanto luchan los profesionales sanitarios, que expiden títulos sanitariamente muy cuestionables y de nula validez para abrir Clínicas.
En fin, allá se nos fueron por los sumideros las grandes titulaciones, las células madre, la Clínica Mayo, la microcirugía, las mieloablaciones, las autovacunas, los injertos,....¡¡qué gran pérdida para la Medicina!!
Pero al menos congratulémonos de que lo que pierde la Medicina no sólo lo gana la Osteopatía sino también la Ciencia, no olvidemos las nuevas vías profesionales que se ha abierto nuestro docto imputado/investigado y no desviemos nuestra atención del nuevo Coté: Coté "el científico".
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