domingo, 6 de septiembre de 2009

Fisioterapeutas II: Hospitales

Por motivos que ya todos conocéis he tenido que pasar dos veces por la experiencia de asistir a rehabilitación en un Hospital, en mi caso me tocó hacerlo en el Hospital Marítimo de Oza que forma parte del CHUAC (el nombre de Juan Canalejo no será adecuado, pero con este se han lucido....que horror de nombre!).
Los primeros días pensé que no iba a poder con aquello; yo ya llegaba arrastrando una fuerte depresión pero el panorama que tenía alrededor no parecía contribuír a subirme el ánimo: personas en sillas de ruedas, con prótesis, jóvenes, mayores....; personas que habían sufrido accidentes de tráfico, ictus cerebral o se reponían de una intervención quirúrgica. Pero en aquel primer momento me fijé más en sus cuerpos que en sus caras.
Al cuarto o quinto día mi perspectiva cambió; la "culpable" de ese cambio era una fisio que de cuclillas delante de una silla de ruedas bromeaba con un chico joven, supongo que para darle ánimos y él, que por un accidente necesitaba una prótesis de media pierna, poco después le comentaba a una señora muy mayor (que esperaba su turno para ser tratada) "la suerte" que había tenido de poder contarlo y que aunque era muy duro hacerse a la idea "el personal de allí le animaba mucho y hasta le gustaba venir allí todas las mañanas a cargarse las pilas".
De repente como se dice ahora "me cambió el chip" y sus dolencias pasaron a un segundo plano para fijarme en sus caras, en las caras de mis compañeros, y no tardé mucho en sentirme parte de aquello. Allí pasé de conocer el miedo a conocer la esperanza, de la soledad al compañerismo, de la resignación al yo puedo.
Pero también comencé a fijar mi atención en los profesionales que trabajan allí, esos fisios que sin parar un momento en toda la mañana, de un lado para otro, en el gimnasio, en las cabinas, haciendo "largos" de pasillo o en la piscina procuran "reparar" nuestros maltrechos cuerpos; lo mismo nos ponen ultrasonidos que nos hacen subir pesadas bolsas con una polea, lo mismo electrodos que el doloroso chorro de agua...; y por si eso fuera poco se ven rodeados toda la mañana de jovencísimos y tímidos estudiantes que van a aprender "oficio" con los maestros, porque la profesión de Fisioterapia se aprende así, en la Universidad y en el Hospital, no hay más.
A nivel emocional tuve días malos, pero malos de solemnidad, cuando creía que no podría mejorar, pero allí estaban para "tirar" de mi, y mientras subía la rampa, me levantaba de una colchoneta sin ayuda, sorteaba obstáculos entre dos barras sin salirme de la raya o recibía el consabido chorro en la espalda, había reprimendas sí, pero también conversación, una sonrisa y aliento. Porque allí hay dolor, molestias, esfuerzo (lo digo porque hay quien piensa que rehabilitación es igual a "masajitos", el que quiera masajitos que se vaya a un spa, Oza es un Hospital y en un hospital hay enfermos) pero también hay profesionales preparados para darte el tratamiento adecuado con firmeza pero con afecto, sin presión pero con constancia. Cuanto saben!!
Pero en Oza hay más, mucho más, necesario, imprescindible para algunos como nosotros, como yo, pero eso pertenece a otro artículo. Seguramente este texto desprenda afecto y admiración pero el que haya pasado por allí sabe que son merecidos, su personal lo merece; y para mí muy especialmente Suki, Chape y la Dra. Álvarez que me devolvieron las ganas y la confianza en mi recuperación.
Oza es especial; sus profesionales son especiales porque en medio de todo ese dolor, duda, resignación, consiguen que tú también te sientas especial, pues todos los días hacen posible un milagro, el milagro de no tirar nunca, nunca, la toalla.

5 comentarios:

  1. Frente a profesionales de verdad siguen apareciendo INTRUSOS a os que hay que vigilar muy de cerca: en el periódico gratuito "De luns a venres" de hoy 7 de septiembre, en la página 5 hay un anuncio de un curandero que no tiene desperdicio, Ramón Suárez Suárez, de Bueu, que exije "seriedad y formalidad" a sus pacientes. ¿Querrá que no le denuncien?

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  2. Querida Esther: Todo lo que has vivido en el Hospital de Oza y el cariño y la admiración con
    que hablas de los fisioterapeutas y de todas las
    personas que has conocido en rehabilitación, me
    confirman que eres una persona agradecida y de
    gran corazón; todo lo contrario que aquel "elemento" sin conciencia que conocimos en aquella falsa clínica de Ferrol.
    Cuando dos personas tan diferentes se cruzan en el camino es por algún motivo, porque nadie se cruza por azar. Es evidente que tu misión en
    esta vida es muy importante y también muy dificil. De hecho ya te han puesto toda clase de
    zancadillas: virus informáticos, insultos, amenazas, críticas, etc...Todo eso te dará más
    fuerza y, aunque a veces te sientas sola y harta de todo, recuerda siempre que estamos contigo en
    esta lucha por la verdad y que tampoco es casua-
    lidad que juntos formemos una gran familia.
    "No hay mal que por bien no venga".
    Un abrazo desde Ferrol.

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  3. Como no sé escribir en esto lo está haciendo mi hija. Me llamo Carmen y soy de Carballo y conocí a Esther en la piscina de Oza, y puedo decir que todo lo que cuenta es verdad, allí vas mal y esa gente te ayuda mucho. Tenéis suerte de que Esther esté ahí con vosotros es una luchadora, en la piscina se poní en un lateral cerca de las barras y no paraba un momento de hacer ejercicio, a veces traia cara de dolor o de tristeza pero siempre tenía una palabra de ánimo para todos, alguna vez también tuvimos qeu darsela a ella. No sé como estará ahora pues cuando salimos de Oza ya nos perdimos de vista pero espero que bien pues cuando hablabamos y te contaba su historia se te rompia el corazón, ese desgraciado le machacó la vida en todos los sentidos. En casa lloramos con el programa de la Milá, es terrible por eso os mandamos un abrazo a todos de parte de mi familia y uno mas grande para Esther que sepais que hablaba de vosotros como si fuerais su familia. Mucho animo, todo va a salir bien ya vereis.

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  4. Gracias carmen por tus palabras de apoyo realmente todos las necesitamos pero muy pocas personas lo pueden entender estoy segura que mi compañera Esther se sentirá muy orgullosa de tus palabras de animo y con ello le das fuerza para seguir en esta lucha interminable es cierto que hemos tenido mucha suerte de tener a Esther como compañera pues no para de luchar por todos nosotros realmente nos considera de su propia familia sin animo de lucro todo lo contrario perdiendo tiempo y dinero para que todos este-amos protegidos como si ella fuese nuestra madre y nos sentimos orgullosos de tenerla como compañera sin ella esta lucha seria mas difícil de llevar pues ella siempre esta ay para todos nosotros muchas gracias carmen por tu humanidad un saludo

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  5. muchas gracias por sus palabras señora Carmen. Comentarle que estas líneas que a escrito junto a su hija, me han emocionado y puesto la carne de gallina. Respecto a nuestra presidenta, decir que se palpa la grandísima mujer que es, una luchadora de verdad preocupada por todos y cada uno de nosotros haciéndonos sentir (por lo menos en el caso de mi mujer y yo)muy arropados y queridos tanto por ella como por todos los compañeros. Desearle una muy rápida mejora y un abrazo para usted y toda su familia. GRACIAS.

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